Capítulo 6
Samu corrió todo lo que
pudo, pero aquel jardín no tenía salida y acabó siendo acorralado por
sus persecutores.
Samu tenía mucho miedo, aquella era una oportunidad única, y
si la perdía jamás volvería a ver a Marta.
_Tenemos que deshacernos de él cuanto antes –dijo uno de
aquellos hombres.
_No sé, el jefe quizás no quiere que lo hagamos, no nos dio
esa orden, ¿recuerdas?
_Me da igual, ese crío lo único que va a hacer será traernos
problemas, yo acabaría con él lo antes posible.
Mientras lo discutían Samu intentaba idear otro plan para
volver a escapar, pero esta vez no encontraba ninguno, y empezó a desesperarse.
De repente, como si hubiera caído del cielo, vio a Víctor
por la otra parte del jardín intentando buscar una salida. Samu empezó a
hacerle señas para que lo viera, pero los hombres de Lorenzo se dieron cuenta.
_¡Niño!, ¿se puede saber qué estás haciendo?
_Veréis, pensé que ya que queréis acabar conmigo podíais
hacerme un último favor, es lo único que puede pedir una humilde persona que va
a morir, digo yo.
_Depende del favor.
_Ah , nada del otro mundo eh, no os preocupeis. A ver, a mi
de pequeño me encantaba jugar a adivinar películas, profesiones..etc. Yo hago
las señas y vosotros adivináis, ¿vale? También vale hacer ruidos, pero pocos,
sino es muy fácil. Si me concedéis este mínimo favor, moriré tranquilo.
Los hombres se miraron mutuamente muy extrañados, pero uno
accedió encantado, ya que en esa casa hacía tiempo que no se divertía, y el
otro, por acabar rápido con el asunto también
acabó accediendo, pero a cambio de otra cosa.
_Espera, si nosotros hacemos eso, tú debes suicidarte, no te
mataremos nosotros, lo harás tú mismo, ¿ de acuerdo? Porque así nuestro jefe no
nos culpará por desobedecer sus órdenes.
_Eso está hecho señores -dijo Samu- Estáis hechos unos
malotes eh jajajaja desobedeciendo las órdenes del jefe…..
_Cállate antes de que nos arrepintamos y te matemos ahora
mismo.
_Está bien , está bien… venga, ¡comencemos el juego!
Víctor seguía medio perdido por el jardín y aun no había
visto ni a Samu ni a los hombres de Lorenzo. Samu se dio cuenta y comenzó a
saltar todo lo que pudo.
Los hombres intentaron adivinar de qué se trataba lo que
Samu hacía.
_¡Es un canguro!
_Es un conejo.
_No, seguid intentándolo.
Víctor seguía sin mirar.
_Este tío más tonto no puede ser, ¿qué más tengo que hacer?
– pensó Samu.
Entonces mientras saltaba empezó a gritar: “¡Aquí! ¡Estoy
aquí!”
Los hombres seguían con el juego.
_Mmmm, ¿es un superviviente?
Víctor pudo oir a Samu y siguiendo las voces lo vio a lo
lejos, acorralado por dos hombres. No entendía qué estaba pasando, y mediante
señas le intentó preguntar qué pasaba.
Samu siguió con el juego.
_Venga que estáis cerca, “¡Ayuda!”.
Entonces Víctor entendió todo, cogió una rama de un árbol
que estaba en el suelo y se dirigió al lugar donde estaba su amigo muy
silenciosamente, mientras éstos seguían con el juego.
_Tiene que ser un superviviente, ¿sino qué va a ser? Si está
pidiendo ayuda…y si salta….
_¡Claro! Tiene que haber visto un avión.
_No no no, vais bien,
pero debéis averiguar el título de la película.
Víctor ya estaba detrás de aquellos hombres, y con toda la
fuerza que pudo, les partió la rama a los dos en la cabeza, haciendo que cayeran al
suelo totalmente inconscientes.
Samu le dio un gran abrazo a Víctor.
_Gracias tío.
_No me las des a mi, dáselas a ellos por ser tan tontos.
Los dos empezaron a reirse, y entonces Samu volvió a pensar
en Marta, tenía que ayudarla.
_Víctor, tengo que ayudar a Marta cuanto antes, tengo que
encontrar a Laura.
_¿Quién es Laura?
_Eso ya te lo explicaré, es una larga historia, pero tenemos
que irnos ya. Por cierto, ¿cómo lograste escapar?
_Ah nada, ya sabes, los hombres de Lorenzo no son muy listos
jajajaja.
_Bueno ya me lo contarás, pero tienes toda la razón, ahora
vamos.
Samu sabía que la única forma de ayudar a Marta sería a
través de Laura, como siempre lo había hecho. Así que entraron en la casa con
mucho cuidado, y corrieron escaleras arriba hasta llegar al desván, y en
concreto, al lugar donde dejaron a Laura por última vez.
_Samu, este sitio es muy raro….
_Lo sé , aquí está Laura escondida, en cuanto pasemos esta
puerta la verás, no te asustes, no está muerta, no del todo.
_¿No del todo?
_No, está en coma, su espíritu a veces sale para ayudarnos,
pero no siempre, cada vez está más débil y cada vez es más difícil que nos
ayude, pero tengo que intentarlo por última vez.
Víctor estaba un poco asustado por todo lo que Samu estaba diciendo, pero no dijo nada y siguió a su amigo.
Entraron en la habitación, allí sólo estaba Laura en una
cama y con un aparato que la mantenía con vida momentáneamente.
_Laura, ¿me escuchas? Soy Samu, por favor, te necesito.
El cuerpo de Laura seguía en el mismo sitio, todo estaba en
silencio y nadie contestaba a las palabras de Samu.
_Vámonos tío, esto me da muy mal royo….-le dijo Víctor.
_No, tengo que hablar con ella.
Samu siguió intentándolo.
_Necesito tu ayuda, es Marta, está muy mal…. Sé que solo te
manifiestas ante ella, pero el otro día cuando iba en coche tú me llamaste para
que viniera hasta aquí, así que tu debes saber dónde está Marta, yo no puedo
vivir sin ella, necesito encontrarla, ¡ayúdame!
De repente Samu vio cómo el espíritu de Laura salía de su
cuerpo, muy poco a poco, se notaba que le costaba, ya que estaba muy débil.
Pero finalmente acabó saliendo, aunque fuera por unos escasos segundos y con
mucho esfuerzo.
Víctor estaba atónito al ver aquello.
Laura se acercó a Samu y sin hacerle esperar dijo: “ Una
llave, solo una llave puede abrir el árbol”.
_¿Y dónde está esa llave? – le preguntó Samu.
Laura le miró fijamente y luego le dio una especie de mapa,
algo mal dibujado pero que se entendía perfectamente.
_Gracias Laura.
El espíritu de Laura volvió a su cuerpo, y Samu pudo
comprobar en el aparato que la mantenía con vida, que no duraría mucho más de
un día, que aquel esfuerzo había acabado con sus fuerzas casi por completo.
Samu se sintió muy culpable, y le prometió que la salvaría y así le agradecería
el gran favor que le acababa de hacer.
Samu y Victor miraron el mapa, y siguieron las flechas que
les llevaban hasta el lugar en donde estaba la llave. Y así llegaron hasta una
puerta muy grande que había en uno de los pasillos de la casa. La abrieron con
mucho cuidado y al entrar vieron un despacho, muchas fotos de Lorenzo
encuadradas en las paredes, estanterías con libros, y un perro muy grande que
estaba dormido y que tenía entre sus dientes una llave.
Aquel era el despacho de Lorenzo, como pudieron comprobar.
_Samu…..yo me voi de aquí tío…
_ No, espera, ahí están las llaves, vamos.
_¿Pero estás loco? ¿Has visto dónde están? Yo no me pienso
acercar.
_Yo sí, si Marta llegara a morir no me lo podría perdonar.
Samu se acercó con mucho cuidado a aquel gran perro, el cual
dormía, pero parecía que en cualquier momento podía despertar.
Al llegar hasta él, fue quitándole las llaves de la boca muy
poco a poco y en el lugar de ellas le fue poniendo un bolígrafo que había en el
despacho de Lorenzo.
El perro hacía ruidos y Víctor estaba preparado para salir
corriendo en cualquier momento.
Finalmente Samu le quitó las llaves.
_¡Las tengo! ¡Las tengo Víctor! –gritó Samu.
Y entonces el perro se despertó con el ruido. Samu y Víctor
se quedaron paralizados mirándolo, el perro no se movía del sitio pero los
miraba con rabia, y estaba claro que si ellos daban un paso, él iría detrás.
Entonces comenzaron a oir voces, alguien se dirigía al despacho.
_Samu…estamos perdidos.
_Lo sé joder, lo sé…
Continuará…
cuando continuarás con tu historia??(:
ResponderEliminar... sigue escribiendo. hazlo más realista: que los personajes no sean tan invencibles. Víctor puede perderse en la casa y morir, o fuera, en el pueblo, en capítulos nuevos.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe estoy quedando sin uñas que morder... tan pronto escribas una nueva entrada la devoraré cómo si se fuese a acabar el mundo =) Sigue escribiendo, por favor... Tengo ganas de ver cómo sigue la historia.
ResponderEliminar