La Casa

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domingo, 24 de junio de 2012

La casa

Segunda Parte
Capítulo 6




Samu corrió todo lo que  pudo, pero aquel jardín no tenía salida y acabó siendo acorralado por sus persecutores.
Samu tenía mucho miedo, aquella era una oportunidad única, y si la perdía jamás volvería a ver a Marta.

_Tenemos que deshacernos de él cuanto antes –dijo uno de aquellos hombres.
_No sé, el jefe quizás no quiere que lo hagamos, no nos dio esa orden, ¿recuerdas?
_Me da igual, ese crío lo único que va a hacer será traernos problemas, yo acabaría con él lo antes posible.

Mientras lo discutían Samu intentaba idear otro plan para volver a escapar, pero esta vez no encontraba ninguno, y empezó a desesperarse.
De repente, como si hubiera caído del cielo, vio a Víctor por la otra parte del jardín intentando buscar una salida. Samu empezó a hacerle señas para que lo viera, pero los hombres de Lorenzo se dieron cuenta.

_¡Niño!, ¿se puede saber qué estás haciendo?
_Veréis, pensé que ya que queréis acabar conmigo podíais hacerme un último favor, es lo único que puede pedir una humilde persona que va a morir, digo yo.
_Depende del favor.
_Ah , nada del otro mundo eh, no os preocupeis. A ver, a mi de pequeño me encantaba jugar a adivinar películas, profesiones..etc. Yo hago las señas y vosotros adivináis, ¿vale? También vale hacer ruidos, pero pocos, sino es muy fácil. Si me concedéis este mínimo favor, moriré tranquilo.

Los hombres se miraron mutuamente muy extrañados, pero uno accedió encantado, ya que en esa casa hacía tiempo que no se divertía, y el otro, por acabar rápido con el asunto también  acabó accediendo, pero a cambio de otra cosa.

_Espera, si nosotros hacemos eso, tú debes suicidarte, no te mataremos nosotros, lo harás tú mismo, ¿ de acuerdo? Porque así nuestro jefe no nos culpará por desobedecer sus órdenes.
_Eso está hecho señores -dijo Samu- Estáis hechos unos malotes eh jajajaja desobedeciendo las órdenes del jefe…..
_Cállate antes de que nos arrepintamos y  te matemos ahora mismo.
_Está bien , está bien… venga, ¡comencemos el juego!

Víctor seguía medio perdido por el jardín y aun no había visto ni a Samu ni a los hombres de Lorenzo. Samu se dio cuenta y comenzó a saltar todo lo que pudo.
Los hombres intentaron adivinar de qué se trataba lo que Samu hacía.

_¡Es un canguro!
_Es un conejo.
_No, seguid intentándolo.

Víctor seguía sin mirar.

_Este tío más tonto no puede ser, ¿qué más tengo que hacer? – pensó Samu.

Entonces mientras saltaba empezó a gritar: “¡Aquí! ¡Estoy aquí!”
Los hombres seguían con el juego.

_Mmmm, ¿es un superviviente?

Víctor pudo oir a Samu y siguiendo las voces lo vio a lo lejos, acorralado por dos hombres. No entendía qué estaba pasando, y mediante señas le intentó preguntar qué pasaba.

Samu siguió con el juego.

_Venga que estáis cerca, “¡Ayuda!”.

Entonces Víctor entendió todo, cogió una rama de un árbol que estaba en el suelo y se dirigió al lugar donde estaba su amigo muy silenciosamente, mientras éstos seguían con el juego.

_Tiene que ser un superviviente, ¿sino qué va a ser? Si está pidiendo ayuda…y si salta….
_¡Claro! Tiene que haber visto un avión.
_No no no,  vais bien, pero debéis averiguar el título de la película.

Víctor ya estaba detrás de aquellos hombres, y con toda la fuerza que pudo, les  partió la rama a los dos en la cabeza, haciendo que cayeran al suelo totalmente inconscientes.
Samu le dio un gran abrazo a Víctor.

_Gracias tío.
_No me las des a mi, dáselas a ellos por ser tan tontos.

Los dos empezaron a reirse, y entonces Samu volvió a pensar en Marta, tenía que ayudarla.

_Víctor, tengo que ayudar a Marta cuanto antes, tengo que encontrar a Laura.
_¿Quién es Laura?
_Eso ya te lo explicaré, es una larga historia, pero tenemos que irnos ya. Por cierto, ¿cómo lograste escapar?
_Ah nada, ya sabes, los hombres de Lorenzo no son muy listos jajajaja.
_Bueno ya me lo contarás, pero tienes toda la razón, ahora vamos.

Samu sabía que la única forma de ayudar a Marta sería a través de Laura, como siempre lo había hecho. Así que entraron en la casa con mucho cuidado, y corrieron escaleras arriba hasta llegar al desván, y en concreto, al lugar donde dejaron a Laura por última vez.

_Samu, este sitio es muy raro….
_Lo sé , aquí está Laura escondida, en cuanto pasemos esta puerta la verás, no te asustes, no está muerta, no del todo.
_¿No del todo?
_No, está en coma, su espíritu a veces sale para ayudarnos, pero no siempre, cada vez está más débil y cada vez es más difícil que nos ayude, pero tengo que intentarlo por última vez.


Víctor estaba un poco asustado por todo lo que Samu estaba diciendo, pero no dijo nada y siguió a su amigo.
Entraron en la habitación, allí sólo estaba Laura en una cama y con un aparato que la mantenía con vida momentáneamente.

_Laura, ¿me escuchas? Soy Samu, por favor, te necesito.

El cuerpo de Laura seguía en el mismo sitio, todo estaba en silencio y nadie contestaba a las palabras de Samu.

_Vámonos tío, esto me da muy mal royo….-le dijo Víctor.
_No, tengo que hablar con ella.

Samu siguió intentándolo.

_Necesito tu ayuda, es Marta, está muy mal…. Sé que solo te manifiestas ante ella, pero el otro día cuando iba en coche tú me llamaste para que viniera hasta aquí, así que tu debes saber dónde está Marta, yo no puedo vivir sin ella, necesito encontrarla, ¡ayúdame!

De repente Samu vio cómo el espíritu de Laura salía de su cuerpo, muy poco a poco, se notaba que le costaba, ya que estaba muy débil. Pero finalmente acabó saliendo, aunque fuera por unos escasos segundos y con mucho esfuerzo.
Víctor estaba atónito al ver aquello.
Laura se acercó a Samu y sin hacerle esperar dijo: “ Una llave, solo una llave puede abrir el árbol”.

_¿Y dónde está esa llave? – le preguntó Samu.

Laura le miró fijamente y luego le dio una especie de mapa, algo mal dibujado pero que se entendía perfectamente.

_Gracias Laura.

El espíritu de Laura volvió a su cuerpo, y Samu pudo comprobar en el aparato que la mantenía con vida, que no duraría mucho más de un día, que aquel esfuerzo había acabado con sus fuerzas casi por completo. Samu se sintió muy culpable, y le prometió que la salvaría y así le agradecería el gran favor que le acababa de hacer.

Samu y Victor miraron el mapa, y siguieron las flechas que les llevaban hasta el lugar en donde estaba la llave. Y así llegaron hasta una puerta muy grande que había en uno de los pasillos de la casa. La abrieron con mucho cuidado y al entrar vieron un despacho, muchas fotos de Lorenzo encuadradas en las paredes, estanterías con libros, y un perro muy grande que estaba dormido y que tenía entre sus dientes una llave.
Aquel era el despacho de Lorenzo, como pudieron comprobar.

_Samu…..yo me voi de aquí tío…
_ No, espera, ahí están las llaves, vamos.
_¿Pero estás loco? ¿Has visto dónde están? Yo no me pienso acercar.
_Yo sí, si Marta llegara a morir no me lo podría perdonar.
Samu se acercó con mucho cuidado a aquel gran perro, el cual dormía, pero parecía que en cualquier momento podía despertar.
Al llegar hasta él, fue quitándole las llaves de la boca muy poco a poco y en el lugar de ellas le fue poniendo un bolígrafo que había en el despacho de Lorenzo.
El perro hacía ruidos y Víctor estaba preparado para salir corriendo en cualquier momento.
Finalmente Samu le quitó las llaves.

_¡Las tengo! ¡Las tengo Víctor! –gritó Samu.

Y entonces el perro se despertó con el ruido. Samu y Víctor se quedaron paralizados mirándolo, el perro no se movía del sitio pero los miraba con rabia, y estaba claro que si ellos daban un paso, él iría detrás. Entonces comenzaron a oir voces, alguien se dirigía al despacho.

_Samu…estamos perdidos.
_Lo sé joder, lo sé…

Continuará…