La Casa

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jueves, 31 de marzo de 2011

Las historias de Leo: La Casa (Historia de intriga)

Capítulo 11


Marta se asustó.
No conocía a esa chica, jamás la había visto.
La chica se dio la vuelta y comenzó a caminar, Marta decidió seguirla.


_¡Eh! ¡Espera! ¡¿Quien eres?!


La chica no contestaba, se dirigió a la biblioteca, entró y fue a la estantería del pasadizo.
Marta la seguía sorprendida.
Entonces la chica cogió el libro que abría el pasadizo, la estantería se abrió en dos y la chica entró.


_¡Eh! ¡¿Por qué entras ahí?! ¡No puedes! -gritó Marta, pero enseguida pensó- Aunque no entiendo cómo es posible que haya logrado entrar...lo normal sería que la estantería no se hubiera abierto, si se ha abierto es porque ella tiene que ver con todo esto. Debo seguirla.


Cuando Marta iba a entrar, Teresa la llamó.


_¡Marta! Menos mal que te encuentro....Ven conmigo, tienes que ayudarme.
_¿Ayudarte a qué? Ahora tengo cosas que hacer.
_No, esto es más importante.
_Seguro que no.
_Sí que lo es, enserio, ven.


Marta estaba un poco cansada de Teresa, la encontraba muy pesada esos días y por su culpa no podía investigar todo lo que le gustaría.
Pero decidió ir con ella y ver qué era eso que le pasaba.


_A ver Teresa, ¿qué quieres?
_Ven.



Teresa llevó a Marta hasta el desván.


_¡Eh! ¿Por qué me traes hasta aquí? -le preguntó Marta.
_Porque te están buscando, escóndete.


Teresa encerró  a Marta en el desván. Marta no entendía nada.
Pasaron dos horas y Teresa no volvía a por ella, Marta se cansó y comenzó a gritar.
Nadie la podía oir.
Así que como ya era de noche decidió dormir, pero al cabo de un rato algo la despertó.
Un vaso cayó al suelo.
Marta se despertó sobresaltada y en frente suya vio a la chica que se le apareció antes.


_¿Qué haces aquí?- le preguntó Marta.


La chica no dijo nada, abrió la puerta del desván y salió de allí.
Marta tenía miedo pero gracias a ella pudo salir del desván. Cuando salió vio que alguien había prendido fuego al rededor del desván, si se hubiera quedado más tiempo dentro del desván seguramente habría muerto, ya que el fuego ya estaba empezando a entrar en el desván.


_Quieren matarme....-pensó Marta- pero ahora como salgo de aquí? ¡me quemaré!


Entonces la chica se volvió, miró a Marta, despues miró al fuego , abrió la boca y gritó con tanta fuerza que se oyó por toda la casa y el aire que echó por la boca apagó el fuego. Fue algo asombroso.
Marta pudo salir de ahí y al ver que la chica se iba quiso seguirla de nuevo, antes no pudo entrar en el pasadizo, pero ahora no se lo iba a impedir nadie.
Llegaron hasta la biblioteca otra vez, la chica entró en el pasadizo y tocó una piedra distinta a la que Marta había tocado siempre, era otra puerta secreta.


_Sabía que en el pasadizo tenía que haber mucho más -pensó Marta.


Marta siguió a la chica y entró en una sala que jamás había visto.
Tenía algunas estanterías, una mesa y una vieja televisión. Entonces la chica desapareció y todas las luces de la sala se apagaron.
La televisión se encendió y en ella salieron unas imágenes que dejaron a Marta asombrada.
En la televisión pudo ver a unas personas que iban vestidas con una especie de capa negra y con capucha. No se les veía la cara, pero sí se veía que estaban metiendo a muchos niños y jóvenes en una hoguera. Los estaban quemando. Parecía un ritual, y entre esos niños y jóvenes estaba la chica que llevó hasta ahí a Marta.
Despues de esas imágenes la televisión se apagó por un momento, pero se volvió a encender con unas imágenes diferentes. En ellas salían muchas cenizas, eran las cenizas de la gente que habían quemado y dos personas de las que llevaban la capa estaban recogiéndolas y metiéndolas en un bote.
La televisión se volvió a apagar y las luces se encendieron.
La chica de antes apareció de repente. Marta se asustó, dio un paso hacia atrás y sin querer tiró un bote que estaba encima de una mesa. Enseguida pudo comprobar que ese era el bote que había visto en la televisión.
El bote cayó al suelo, se rompió y muchas cenizas salieron de él.
Marta estaba muy asustada.


_¡¿Qué es esto?! ¡¿Qué quieres?! ¡¿Quien eres?! -le dijo a la chica.


Esta no le hablaba pero le contestó escribiendo con la mirada sobre las cenizas.
"Estoy muerta, yo era la elegida, tenía que acabar con ellos pero no pude, como pudiste ver, ellos acabaron conmigo."


_¿Eres otro fantasma? ¿Qué quieres decir con eso?


La chica borró con la mirada lo que escribió anteriormente y escribió algo nuevo.
"Quiero decirte que eres la elegida, pero que en realidad nadie puede escribir tu destino, solo tú, y si quieres cumplir con tu misión hazme caso, no cometas el mismo error que yo."


_¿Y qué error fue ese?

La chica siguió escribiendo.
"Fiarme de los demás, esto lo tienes que hacer tú sola y en secreto".


Entonces la chica desapareció. Marta estaba confusa. ¿Por qué le habría dicho aquello? Lo que sabía era que si lo dijo era por algo, así que le haría caso. A partir  de ese momento no se fiaría ni de su propia sombra, ya que no quería acabar igual que aquella chica.


Salió del pasadizo y lo primero que hizo fue ir a la habitación de Teresa para pedirle explicaciones, por su culpa casi moría.
Pero mientras caminaba oyó un ruido, no estaba sola.


Continuará....

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