La Casa

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miércoles, 4 de mayo de 2011

Las historias de Leo: La Casa (Historia de intriga)

Capítulo 15


Marta no entendía el por qué no estaba allí Teresa. Tenía miedo, pero debía seguir adelante porque solo le quedaba un día...
Así que corrió hacia la habitación secreta en la que dejó a Laura, y efectivamente, allí seguía.
_Menos mal...-pensó Marta.


Se acercó a Laura.
_Laura, tienes que ayudarme, sé que estás muy débil...pero puedes hacerlo, no me falles ahora, es cuando más te necesito...por favor...


Enseguida salió el espíritu de Laura, pero se le veía muy débil, en cualquier momento podía desaparecer.
Laura cogió un papel que tenía debajo de la camilla y se lo entregó a Marta.
Era un plano de la casa, con todos y cada uno de los pasadizos. Había uno marcado con una cruz, y al lado ponía: salida.


_¡Gracias Laura! Te sacaré de aquí en cuanto pueda. Aguanta.


Marta salió corriendo de la habitación. Eran las seis de la tarde, y a las 12 de la noche supuestamente todo tenía que acabar. Le quedaba poco tiempo...
Volvió a la sala en la que dejó a sus compañeros y rapidamente les hizo levantarse.


_Vamos chicos, ya sé cual es la salida! tenemos que irnos cuanto antes!


Ninguno dijo nada, se levantaron y siguieron a Marta. Ésta miró el plano de la casa, el sitio que estaba marcado como la salida se encontraba en la sala de los corazones. A Marta no le hizo mucha gracia pero siguió adelante.


_Chicos, la sala de los corazones está aquí al lado, un día bajé hasta este sitio y vi que esta sala está comunicada con la de los corazones...allí está la salida. ¿Veis esa puerta? Pues cuando la abramos estaremos directamente en la sala, y según este plano la salida está detrás del frigorífico donde guardan los corazones.
_Espera, ¿de qué frigorífico hablas? - le preguntó Samu.
_Ya te lo explicaré otro día, ahora no hay tiempo. Tenemos que salir de aquí, pero no puedo dejar que los demás se queden en esta casa....
_Marta, no te harán caso....ya lo intentaste la otra vez...no arriesgues tu vida...-le dijo Samu.
_Debo hacerlo, no permitiré que muera tanta gente. Esa bomba no existe, y se lo demostraré. Pero debeis poneros vosotros a salvo mientras tanto. Os llevaré hasta la salida, una vez allí teneis que correr ¿vale? esconderos en donde podais, volveré pronto, tengo que salvar a más gente.
_No Marta, no te dejaré sola, yo iré contigo.
_Pero Samu, tienes que cuidar de Elena, de Clara y de Jose...no los puedes dejar solos.


Entonces Jose se acercó a ellos.
_Tranquila Marta, yo cuidaré de ellas, iros tu y Samu que podrían ser los últimos momentos que paseis juntos...y no es fácil perder a la persona amada - Jose les sonrió y se dio la vuelta.


Marta se puso muy nerviosa.
_¿Como que a la persona amada?Eso no es verdad, solo somos amigos, él quiere a la traidora de mi hermana...
_Eso no es verdad -dijo Samu.
_Da igual, no hay tiempo para tonterías. Samu, ven si quieres, pero vosotros iros ya, no quiero poneros en peligro a todos. -dijo Marta.


Entonces abrieron la puerta de la sala de corazones y entraron.
Marta se dirigió al frigorífico en busca del pasadizo que tenía la salida. Pero no lo encontraba.
Cogió de nuevo el plano de la casa y vio que la cruz estaba marcada en el frigorífico, justo ahí.
_Tiene que haber algún modo de abrir esto...


Elena se acercó al frigorífico e intentó empujarlo.
_Pesa mucho, ayudadme. -dijo la niña.


Entonces todos juntos movieron el frigorífico y vieron una puerta.
_Es aquí! Lo hemos logrado! -gritó Marta- Vamos.


Abrieron la puerta y se encontraron con un túnel muy largo, al final de todo se veía una luz.
_La calle debe estar al final de todo, chicos, tened cuidado...no sabeis si hay alguien por el túnel...está muy oscuro, coged las linternas que hay en la sala de los corazones, he visto unas cuantas en una mesa...vamos.


Jose cogió las linternas y le entregó una a Clara y otra a Elena.
Los tres entraron en el túnel.
_Suerte -les dijo Marta.


Entonces Marta cerró la puerta del pasadizo y colocó el frigorífico en su lugar con la ayuda de Samu.
Pero antes de poder salir de la sala de los corazones oyeron un ruido.
_Viene alguien, ¿qué hacemos Marta?
_No sé...¿ves esas dos camillas? ponte en una, yo me pondré en la otra, tápate con la manta.

_Pero es muy arriesgado!
_Lo sé , pero se te ocurre algo mejor?

Los ruidos se oían cada vez más cerca...así que se escondieron en las camillas.
Alguien abrió la puerta de la sala.
Entraron varias personas, parecía que había una reunión allí y en ese justo momento.
Marta y Samu apenas respiraban, no podía mover ni un pelo.
Entonces oyeron a alguien decir:
_Hoy se acabará todo, hoy es un día muy importante para todos nosotros. Solo nos quedan treinta corazones y al parecer va a ser más fácil de lo que habíamos planeado. La mayoría se creyó lo de la bomba, y unos diez ya se han suicidado. Quedan veinte. Cuando los tengamos a todos debemos ir a por Laura. Como sabeis, ese es el corazón más importante de este proyecto, por eso debe ser el último que llevemos al ritual. Una vez más mostraremos lealtad a nuestro Dios. 


Marta necesitaba ver algo, no le bastaba con oir. Quería saber quien estaba ahí, ya que esa voz le sonaba familiar. Así que levantó un poco la manta y pudo ver a su anterior padre y a tres personas que no conocía. No pudo ver más gente, pero sí pudo saber que quien hablaba era su supuesto padre.
Marta tenía ganas de llorar, no le gustaba lo que estaba oyendo. Volvió a recordar los momentos que había pasado de pequeña con su "padre" y no entendía nada.


_¿Por qué quiere hacer un ritual? ¿Por qué con corazones? ¿Por qué es tan importante Laura para ese proyecto? ¿Qué es lo que está pasando? ¿Se ha vuelto loco? -todas estas preguntas pasaban por la cabeza de Marta.


Entonces siguió oyendo el discurso.
_Vamos, buscadlos a todos, no dejeis a ninguno vivo, ¿entendido?
_Sí - se oyó un sí por parte de muchísimas personas.


Entonces Samu y Marta oyeron cómo todos iban saliendo de la sala, pero entonces alguien dijo:
_Jefe, ¿esas camillas no debería estar vacías? Parece que hay gente.


Marta y Samu pasaron el peor momento de su vida, estaban sudando...


_Deben estar muertos, pero hay que sacarles el corazón. Encárgate tú.
_Sí, jefe.


Todos se fueron y en la sala se quedaron Samu y Marta con aquella persona, la cual cogió un cuchillo y se dirigió a la camilla de Samu. Cuando iba a quitar la manta que este tenía encima, Samu le dio una patada y Marta se levantó rapidamente para darle un puñetazo en la cara. Samu se levantó tambien, cogió el cuchillo que llevaba aquel chico y se lo clavó en el estómago.
Enseguida el chico cayó al suelo.
Samu estaba muy asustado.
_Marta...joder! que lo he matado tía! joder!
_Tranquilo, vale? -decía Marta mientras lloraba- lo has hecho en defensa propia, tranquilo...Vámonos de aquí.


Marta y Samu salieron corriendo de aquel lugar y llegaron a la parte principal de la casa.
_Venga, tenemos que buscar a los demás. Hay que ir con cuidado o nos encontrarán.


Recorrieron toda la casa, y a cada persona que veían le decían que habían encontrado una salida para escapar de la bomba. De esa forma todos les hicieron caso.
Pero no eran muchos, diez ya se habían suicidado, y otros tres fueron capturados. Solo quedaban 17, contándose a ellos y a los tres que estaban en el túnel.
Marta y Samu se los llevaron a todos hasta la sala de los corazones, empujaron el frigorífico y todos entraron en el túnel.
_Bien, ya están todos Samu, aunque no veo por ningún lado a Elena, Jose y Clara. Pero seguro que ya están fuera.
_Marta, buen trabajo, sin ti nada habría sido posible, pero por favor, acompáñame al desván de la casa un momento...me dejé allí una cadena muy importante para mi...me la regaló mi madre...
_Pero Samu es muy arriesgado volver ahora!
_Lo sé, pero ¿tú no harías lo mismo?



Marta miró a Samu fijamente y despues dijo en alto:
_Chicos, salid de aquí, vamos, id con cuidado, al fondo está la salida. Yo y Samu iremos despues.


Todos entraron en el túnel menos estos dos. 
Samu y Marta volvieron a la casa y corrieron hacia el desván. Una vez allí, entraron. Todo estaba muy oscuro....
Samu cerró la puerta del desván. 
_¿Por qué cierras? -le preguntó Marta.


Entonces alguien encendió la luz del desván.
Era Teresa, estaba allí.


_¿Teresa? -Marta no se lo podía creer.
_La misma. -dijo esta.


Marta tenía mucho miedo.
_Samu, ahora qué hacemos?


Samu miró al suelo y no dijo nada.
_Marta....qué inocente eres...no me cansaré de decírtelo....Ven Samu, toma. -dijo Teresa.


Teresa le dio una pistola a Samu.
_Mátala ! -le dijo.


Marta comenzó a llorar.
_Pero Samu....no puede ser...tú....
_Lo siento Marta...-dijo él.


Teresa comenzó a reirse y Samu apuntó con la pistola a Marta.
Entonces se oyó un disparo por toda la casa...


Continuará....

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